Desde tiempos inmemoriales y sobre todo desde antes del lanzamiento de G-SYNC e incluso del V-SYNC con triple búfer, muchos ya jugábamos con lo que había, es decir, V-SYNC OFF y los settings gráficos al mínimo.
El objetivo era conseguir la mayor tasa de FPS por encima o muy por encima de la tasa de refresco del monitor, aunque para ello sufriéramos algunos problemas como el Tearing, pero entonces ¿por qué esta práctica sigue vigente?
FPS vs Hz: la eterna discusión que intentaremos llegue a su fin
Solo hay tres motivos por los que la tasa de FPS va a superar a la tasa de Hz de un monitor gaming, donde en cualquier caso hablamos de cifras muy dispares entre ambos conceptos. Para ello partimos de la base de que en todas las configuraciones hipotéticas vamos a usar V-SYNC OFF en los paneles de control de NVIDIA y AMD, así como en cualquier juego disponible.
Input lag reducido al mínimo
No es un secreto que a mayor tasa de FPS se consigue un menor input lag. No en vano la industria lucha por fomentar la implementación de paneles cada vez más rápidos en cuanto a Hz se refiere.
Tener una tasa de FPS de 300 supone un tiempo de renderizado de 3,33 ms, mientras que 144 FPS da como resultado 6,94 ms y en el caso de 60 FPS 16,67 ms. Estos tiempos significan que la tarjeta gráfica tardará menos en producir un frame completo a mayor número de estos logre terminar por unidad de tiempo.
Puede no parecer mucho si comparamos 16,67 ms contra 6,94 o incluso contra 3,33 ms, pero la realidad muestra que en ojos entrenados supone una diferencia abismal en pantalla, incluso en las de 60 Hz.
Los frames que estén por encima de la tasa de Hz sí son visibles
Muchos no entienden que superar la tasa de Hz de un monitor en cuanto a FPS tiene un resultado parcialmente positivo. Es cierto que con V-SYNC OFF vamos a tener tearing, pero este se paliará curiosamente cuanto mayor sea la diferencia entre el llamado Refresh Rate y el Frame Rate.
Lo importante aquí es comprender que una tasa de FPS por encima de una tasa de Hz siempre va a repercutir en la visualización total o parcial de muchos de esos FPS que quedan «por encima» de sus correspondientes Hz.
Es decir, en un ciclo de refresco del monitor se pueden representar varios frame distintos, lo que al ojo humano significará mayor suavidad. A mayor tasa de FPS más frames en cada ciclo de refresco y aunque muchos terminarán en tearing porque coincidirán entre tasa de refresco y siguiente ciclo de refresco, este tearing será cada vez más inapreciable conforme se aumente el rendimiento de la GPU por motivos obvios.
Menor tearing, pero también menor stuttering
Es otro de los puntos curiosos de estos settings, pero la realidad es que si tenemos 300 FPS en un monitor de 60 Hz con V-SYNC Off, lo que veremos en pantalla son líneas de tearing muy pequeñas por lo comentado anteriormente y un stuttering que será ínfimo por no decir nulo.
Y esto es posible por que hay menos efectos de frecuencia armónicos entre la velocidad de los frames y la frecuencia de actualización. Por lo tanto, la diferencia entre ambos implicará una mejora gradual cuanta más distancia se ponga entre ellos, como en el ejemplo anterior de 300 FPS vs 60 Hz o similares.
Evidentemente esto no es lo ideal. Lo idóneo es tener 300 FPS en 300 Hz con VRR en un monitor gaming, pero no es sencillo de alcanzar ni en lo económico ni en cuanto a hardware en muchos casos, por lo tanto, esta técnica de V-SYNC Off sigue siendo usada por los menos pudientes.
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