Queramos o no, Pokémon está en todas partes, y no es algo reciente. El fenómeno masivo ya se había consolidado en los noventa, época en la que se publicó ese mítico número de la revista TIME que tenía a los monstruos de bolsillo en la portada y se preguntaba si eran “malos para los niños”. Desde entonces se ha mantenido en la cúspide, y cada vez que sale un juego nuevo es todo un acontecimiento.
Por eso no es de extrañar que durante todos estos años le hayan salido imitadores por doquier. Game Freak se sacó de la manga una premisa única y tremendamente atractiva: viajar por el mundo coleccionando criaturas mágicas y fascinantes, cada una con sus particularidades especiales. Sin embargo, todavía se podían añadir nuevos matices o enfoques. En este texto vamos a hacer un repaso a algunos de los juegos más notorios que han adaptado el fenómeno Pokémon a su propio ADN de diferentes maneras.
Las alternativas más evidentes
Cuando uno piensa en otras licencias que no son Pokémon pero que se parecen una barbaridad, la primera que suele venirnos a la mente es Digimon. Siempre quedará ese recuerdo nostálgico en el que pensábamos que ambas licencias eran rivales. Si hablamos de series de anime o diseños de monstruos, la cosa puede estar bastante reñida, pero si hablamos de videojuegos, está claro que Digimon salió perdiendo. Al menos en términos de popularidad.
No obstante, al contrario que otros juegos de los que hablaremos más adelante, esta franquicia no nació con la intención de imitar a Pokémon, sino a Tamagotchi. Digimon fue, antes que nada, una mascota virtual lanzada en 1997. La alternativa a Tamagotchi destinada a un público masculino y joven. Más adelante se convirtió en videojuego con Digimon World, cuya primera entrega salió para PS1 en 1999. Se trataba de un RPG en el que criábamos y entrenábamos a nuestro propio monstruo digital. Parecido, pero en realidad no tanto.
La licencia empezó a despuntar en popularidad gracias a la serie de anime, que se emitió más o menos en la misma fecha. A partir de ahí ya fue un no parar, y desde entonces hemos visto montones y montones de videojuegos de Digimon que abarcan todo tipo de géneros. Los más destacables son los RPGs de la saga World, que han ido probando distintos enfoques a lo largo de sus muchas entregas. Ahora bien, el mejor considerado de los últimos tiempos no pertenece a esta serie en concreto. Se trata de Digimon Story Cyber Sleuth, un imprescindible para cualquier fan de estos bichejos y de los combates por turnos.
Años después, cuando Nintendo DS estaba demostrando ser un éxito sin precedentes para la firma de Kioto, asistimos al lanzamiento de otra saga que quiso rivalizar con Pokémon en las mismas consolas. Spectrobes no será muy recordada hoy en día, pero tuvo cierto tirón por aquello de salir cuando todavía faltaban unos meses para Perla y Diamante
El coleccionismo de bichejos se mantenía, aunque aquí en vez de atraparlos en combate teníamos que desenterrar sus fósiles y despertarlos. El juego además tomaba una ambientación sci-fi pura y dura, ya que nos proponía viajar entre distintos planetas para avanzar en la aventura. El combate también era un punto de discordia con la saga de Game Freak, en el sentido de que transcurría en tiempo real y no solo dábamos órdenes a los Spectrobes, sino que nuestro personaje también podía atacar.
Tuvo unas ventas bastante buenas para tratarse de una nueva IP. Tanto como para generar dos secuelas más. Una en 2008 llamada Spectrobes: A las puertas de la galaxia, también para DS, y otra en 2009 que se tituló Spectrobes: Orígenes, esta vez para Wii. Después de eso no se le ha vuelto a ver el pelo, y tampoco parece que Disney esté muy interesada en recuperarla. Como juegos no eran especialmente rompedores, pero ofrecían un punto de vista diferente y curioso que habría sido interesante ampliar con más entregas.
Tendría que llegar 3DS para que viera la luz una de las pocas franquicias que ha sido capaz de mirar cara a cara a Pokémon en cuanto a videojuegos. Con Yo-Kai Watch, Level 5 dio con un auténtico filón de oro que rápidamente enganchó a todo Japón. Numerosas entregas principales, spin-offs, y por supuesto series, películas y mucho más conforman uno de los últimos iconos que recogen el testigo de Pokémon.
Su paso por occidente también ha sido bastante destacable, pero el éxito de la franquicia ha estado especialmente localizado en el país nipón. Comprensible, ya que hasta el propio nombre del juego denota una enorme inspiración en el folclore japonés. Las criaturas aquí son yokais, espíritus que protagonizan numerosas leyendas en la mitología japonesa y a las que Level 5 les ha dado una apariencia amigable y colorida.
Según el juego, los yokais son fantasmas traviesos que no paran de hacerle la puñeta a las personas. Nosotros controlamos a Nathan o Katie, dos chavales con un reloj especial (el Yo-Kai Watch propiamente dicho) que les permite hacerse amigos de los yokais, coleccionarlos e invocarlos para el combate. Cuatro entregas principales van ya, con la última disponible desde el año pasado en Japón y a la espera de ponerse a la venta en occidente.
Todas estas franquicias han gozado de un éxito considerable y provienen de grandes compañías reconocidísimas. Sin embargo, conviene hacer un alto en el camino para hablar de otra saga que salió a rebufo de Pokémon y no tuvo tanto reconocimiento (o si lo hizo, fue por los motivos equivocados).
Se trata de Telefang, un juego que imitaba a los monstruos de bolsillo en prácticamente todo: sistema de combate por turnos, exploración cenital, venta en dos ediciones diferentes para fomentar el intercambio, etcétera. La diferencia es que a estas criaturas, en vez de atraparlas, las guardábamos en la agenda de nuestro móvil y teníamos que llamarlas por teléfono para que vinieran a ayudarnos en la batalla. Tal cual.
Quizás os suene, aunque no la conocierais por ese nombre, y es normal. Telefang solo se llamó así en Japón, donde salió para Game Boy Color y más tarde recibiría una secuela en Game Boy Advance. De hecho, ese fue el único territorio en el que se puso a la venta oficialmente, pero ciertos grupos de falsificadores lo trajeron a nuestras tierras de forma ilegal camuflándolo como una entrega bootleg de Pokémon, tal y como explican en este vídeo de Did you Know Gaming.
Aquí conocimos a Telefang como Pokémon Diamante y Jade (años antes de que saliera el Pokémon Diamante oficial), dos cartuchos sin licencia oficial de Nintendo en cuya portada aparecían unos bichos que no pertenecían a ninguna de las dos sagas. Esta es la fama que ostenta en casi todo el mundo, y es una pena, pues en realidad era un juego hecho y derecho que, aunque se inspiraba muchísimo en Pokémon, tenía su propia identidad. No merecía ser tratado como falsificación.
Los spin-offs de otras licencias conocidas
No solo de nuevas IPs trata el asunto. El fenómeno Pokémon
Tal es el caso de Dragon Quest, que en 1998 inauguró su nueva serie para Game Boy Color llamada Dragon Quest Monsters. En vez de controlar a un grupo de personajes que pelean contra los monstruos en su viaje, como se ha hecho en cualquier JRPG, esta vez el protagonismo recae en las propias criaturas. Nuestro protagonista no lucha, solo se encarga de reclutarlas y darles órdenes en las batallas. ¿Os suena?
La serie se expandiría con un puñado de entregas más. Las más notorias son las de la serie Joker (subsaga de la subsaga Monsters), de las que ya tenemos tres, la última lanzada en 2016 para 3DS. Dragon Quest lo tenía todo para embarcarse en estos spin-offs, pues su mundo colorido y su impresionante bestiario de monstruos diseñados por Akira Toriyama daban pie a todo tipo de posibilidades en este ámbito. No fue ni muchísimo menos la única licencia de JRPGs famosos que optó por este camino. Ahora bien, de todas las que lo hicieron, la que más sorprendió fue Shin Megami Tensei.
Prácticamente podemos considerar a esta franquicia como los Pokémon primigenios, puesto que son anteriores a la saga de Nintendo y ya incorporaban mecánicas para reclutar demonios y utilizarlos en combate. Ahora bien, el tono era mucho más oscuro y sombrío, y el énfasis no estaba tanto en coleccionarlos, sino en conseguir a los más fuertes para superar a los jefes finales. Sin embargo, conscientes del éxito de Pokémon, Atlus lanzó un spin-off más amigable en el año 2000.
Así nació Shin Megami Tensei: Devil Children (conocida en USA como DemiKids) una serie de juegos con un tono más infantil donde el protagonista dejaba que los demonios pelearan por él (al menos hasta la tercera parte) y además se vendía en dos ediciones a la vez. Ahora bien, en vez de ser el mismo juego pero con ligeros cambios, como ocurre en Pokémon, teníamos dos aventuras con historias diferentes, algo mucho más ambicioso. En su día fue muy popular en Japón, por aquello de concebirse como una saga transmediática, aunque en occidente no llegó a despuntar.
Como última nota de este apartado, toca hablar ahora de juegos más modernos que, por estar más distantes en el tiempo, difícilmente podrían considerarse una inspiración directa. Son más bien una adaptación de una serie de sensibilidades que tanto Pokémon como los muchos otros títulos de los que hemos hablado aquí han normalizado con el paso de los años.
World of Final Fantasy y Monster Hunter Stories guardan ese elemento común de coleccionismo y bestiario que luego podemos usar en combate, pero cada uno aporta su propio toque derivado de la franquicia de la que proviene
Los indies y el futuro
Si venimos de una tendencia en las grandes franquicias que apuesta por adoptar el espíritu de Pokémon pero distanciándose lo máximo posible, ahora toca repasar una corriente diametralmente opuesta. Los juegos indies no tienen por qué preocuparse de la posición de su marca, a veces les basta con ser explícitos en sus homenajes y en su intención: “queremos traerte Pokémon, pero en PC”.
Y así es como surge Temtem, el juego desarrollado por el estudio español Crema. Probablemente el título que más ha replicado la fórmula de Game Freak hasta el momento: mismas mecánicas de captura y colección de monstruos, mismas dinámicas de combate, ocho gimnasios que debemos superar, intercambios, y más. La mitología es la misma, solo que aquí llevamos a un domador Temtem en vez de a un entrenador Pokémon.
Eso sí, con la particularidad de que se concibe como un MMO en el que todo el rato estamos conectados con otros jugadores. De momento se encuentra en versión alpha, y lo cierto es que está gustando bastante por ofrecer un acercamiento a la premisa más centrado en la dificultad. El plan de sus responsables es tener lista la versión final para 2021.
Otro juego similar es Nexomon, que ya lleva un tiempo disponible en dispositivos móviles y PC. Este verano se prepara para lanzar su secuela, Nexomon: Extinction, en todas las plataformas, y lo cierto es que luce bastante bien. De nuevo, la fórmula es idéntica, incluso en la representación del mundo 2D en vista cenital y las posiciones de los monstruos en los combates. Los juegos indies se pueden permitir apelar directamente al fan de Pokémon y no entrar en conflicto con su imagen de marca. Ellos saben perfectamente lo que son, y van a por ello.
Como nota para el futuro también tenemos Cassette Beasts, un juego que se anunció recientemente y que se toma ciertas libertades con respecto al material que todos conocemos. Esta vez grabamos a los bichos en unas cintas de cassette que usamos para transformarnos en ellos (en lugar de darles órdenes directamente) durante los combates. La principal particularidad es que podemos fusionarnos con nuestro compañero para dar lugar a poderosas bestias. Promete montones de combinaciones diferentes, y de hecho se pueden ir probando en la web oficial.
De momento, esto es lo que hemos tenido y lo que nos espera próximamente. Aunque muchos de estos juegos han recibido críticas por ser demasiado similares a Pokémon, lo cierto es que representan algo mucho mayor: la posibilidad de llegar hasta donde el producto cultural y mediático más grande del mundo no puede. Los fans de Pokémon ya no tienen que conformarse solo con la saga de Game Freak para jugar a Pokémon; tienen mucho más donde elegir, tanto si quieren una experiencia un poco más diferente como si buscan algo idéntico. Queramos o no, Pokémon está en todas partes.