review con tráiler, precio y experiencia de juego para PC, PS4, Nintendo Switch y Xbox One

Desde que supe de la existencia de Huntdown, fue un amor a primera vista por esa mezcla entre la acción sin tapujos de Broforce con el espíritu de la icónica película The Warriors (Los amos de la noche) de 1979. Nada podía salir mal de ese dúo.

Easy Trigger Games se han inspirado en los clásicos de los 80 para dar forma a un run & gun frenético y exigente, con una estética pixelada deliciosa, de las mejores hasta la fecha, y con reminiscencias al cyberpunk y a Mad Max. Una carta de amor, en resumen, con prácticamente todo lo bueno que se destilaba en aquella época.

Los amos de la noche (y de cazar recompensas)

La premisa de Huntdown no podía ser más directa: las bandas criminales campan a sus anchas y la policía no puede detenerlas, por lo que la salvación recae en un grupo de cazarrecompensas de lo más variopinto que no le teme a nadie.

Una humana (Anna Conda), un cyborg (John Sawyer) y un droide (Mow Man), cada uno experto en su materia y con armamento único, como hemos visto en otros arcades del mismo palo, como el reciente Blazing Chrome, son los que podremos manejar. Ya sea en solitario como acompañados de otra persona (en modo local; al menos cuando salga en Steam en 2021 contará con la opción del Remote Play Together), nos aguardan 20 fases a lo largo de cuatro distritos dominados por distintas bandas para hacer frente a un total de 20 jefes. Una tarea ardua.

Easy Trigger Games no solamente se ha inspirado en los juegos de acción del siglo pasado que dominaron las recreativas, sino que de hecho tiene en mente lanzar al mercado una recreativa de Huntdown, lo que deja claro el espíritu que gobierna este juego que te conquista desde el principio y que va a más a la vez que comprendes su idiosincrasia para sacar lo mejor de cada personaje.

No viene a romper moldes, tan solo a apostar y mejorar un estilo de juego intenso, que permite pocos errores y en el que esta vez no tendrás que preocuparte por las vidas/monedas. Hay unos pocos puntos de control en cada fase para continuar desde ahí si te matan, y también podrás rejugar cada fase tantas veces quieras.

Huntdown, el arcade para los más valientes

Bajo un desarrollo lineal para la historia (cada fase está bloqueada hasta que no hayas pasado la anterior), Huntdown destaca por la temática de cada región gracias a la banda criminal que la regenta, como en la citada película de Walter Hill. Motoristas punkies, jugadores de hockey sobre hielo… Todos tienen ganas de gresca y en nuestras manos estará cobrar la recompensa por cada uno de ellos.

La duración, al igual que el tamaño de cada fase, no es muy grande, pero sí que dosifica muy bien sus dosis para que sea una experiencia satisfactoria en donde la curva de dificultad se irá incrementando casi sin darnos cuenta. En este sentido, gana enteros al probar a sus tres protagonistas y ver cuál se amolda más a nuestro estilo de juego, principalmente por el arma arrojadiza que llevan de serie y que cuenta con tiempo de recarga. ¿Lo bueno? Tanto ésa como el arma principal cuentan con munición infinita. Las secundarias tienen pocas balas, claro está.

Lógicamente, para sobrevivir con garantías en cada fase hay que hacer acopio del resto de armas que van soltando los criminales, destacando por su gran variedad y versatilidad. Está a la altura de los grandes del género y los supera con creces si hablamos de la calidad de su ambientación. Su cambio respecto a su aspecto del E3 2016 es demencial. Incluso respecto al vídeo del E3 2017. Es tremendo.

En pocos juegos con estética de 16-bits hemos visto tal nivel de detalle, con animaciones para casi todo lo que vemos en pantalla… incluso los distintos planos de fondo. En más de una ocasión nos quedaremos ensimismados por el mimo que le han puesto en Easy Trigger Games. Además, habrá que fijarse muy bien en las sutiles pistas que dejan los escenarios si queremos hallar todos sus secretos, no solamente en relación a los maletines con dinero, uno de los desafíos por nivel. Ahí habrá sorpresas (y guiños) de lo más curiosos que merecen la pena.

Un cambio radical que se empezó a gestar en 2016

El patrón es, en esencia, el mismo en todas las fases: hacemos una entrada triunfal con nuestro superbólido, a lo David Hasselhoff en El Coche Fantástico, y empezamos a disparar como posesos, vigilando las coberturas o los rincones donde nos podemos ocultar del enemigo para evitar que nos hagan daño.

No es un juego en el que haya que hacer preguntas, pero sí calcular cada jugada y dominar el movimiento de esquiva, los dos tipos de coberturas y el arma arrojadiza, porque la combinación de todas estas facetas marca la diferencia.

Al principio iremos sin miedo, pero tras derrotar a los primeros jefes sin esfuerzo (que no dejan ver el potencial del juego), en seguida notaremos cómo se nos irá haciendo cuesta arriba, sobre todo porque nos podrán matar en uno o dos disparos. Y no siempre habrá suficientes objetos curativos, ni siquiera de los cadáveres. Al fin y al cabo, es un juego de acción puramente arcade. A lo loco.

Cumple a nivel jugable y si nos matan no será por culpa de Huntdown, sino por nuestra falta de pericia y/o paciencia. Y sabe mostrar sus mejores cartas contra los mandamases de cada facción, al apostar más por la grandeza, casi de modo literal, en combates intensos y de mayor duración. Sobra decir que en nivel Normal ya es jodido, pero si queremos retos superiores, en Difícil se acortan los puntos de vida a tres impactos… Y en Brutal la cosa empeora. Sólo para los más expertos.

De las pocas pegas que se le pueden poner, aparte de la ausencia de extras o que no haya modo cooperativo online complementario, está una traducción mejorable al castellano (al final opté por ponerla en inglés). O que su banda sonora, pese a cumplir con lo esperado, no llegue al mismo nivel que su ambientación visual.

La opinión de iGamesNews

En definitiva, Huntdown es un arcade rompedor que satisfará a los que busquen experiencias que les recuerden por qué siguen gustando tanto los juegos que evocan el espíritu de las recreativas de antaño. Tan solo le faltó una pegada mayor para ser una obra completamente redonda. Pero no deja de ser notable.